La equidad: el sano sentido de la justicia

La equidad: el sano sentido de la justicia

Es la fortaleza humana que nos ayuda a tratar a todos por igual. Es una virtud que trata de difundir que el bienestar propio es tan importante como el de los demás

 

La equidad es la fortaleza que nos ayuda a tratar a todxs por igual, respetando las normas morales, según los ideales universales de igualdad y justicia. Para alcanzar este equilibrio es necesario procurar que influyan lo menos posible las creencias  irracionales (injustas por prejuicios o por desconocimiento) y las reacciones impulsivas  (fruto de un déficit en la gestión emocional). Es una virtud que trata de difundir que el bienestar propio es tan importante como el de los demás.

La equidad se halla incluida en el grupo de las virtudes de la Justicia de las Fortalezas Humanas. En este apartado también se incluyen, el civismo (responsabilidad social, lealtad y trabajo en equipo) y liderazgo. 

 

¿Cómo nos ayuda la Psicología Positiva?

 

Desarrollo de la equidad

El psicólogo L. Kohlberg creó una teoría evolutiva sobre el juicio moral. Según este experto, para desarrollarlo sanamente, hemos de atravesar de forma progresiva diferentes estadios, siendo imposible saltarse ninguno o volver hacía atrás. Estos estadios son:

1º Obediencia y castigo. Los niños aprenden las reglas y las obedecen sin discusión.

Individualismo e intercambio. Los niños conocen las reglas, pero desarrollan su punto de vista.

 Relaciones interpersonales. Los niños intentan adecuarse a la moral del grupo en el que viven.

Mantenimiento del orden social. El desarrollo de esta etapa significa que el objetivo es mantener el orden social.

 Contrato social y derechos individuales. En este nivel la persona comprende que pueden existir diferentes puntos de vista morales y, además, acepta la necesidad de respetar las leyes para mantener la sociedad.

Principios universales. Es la toma de conciencia de que hay principios éticos universales y que son prioritarios a las obligaciones legales. Se toma como base la llamada regla de oro de la moral “trata a los demás como quieras que te traten a ti”, quedando este principio por encima de las normas o leyes que consideren injustas para la igualdad o dignidad humana.

 

La equidad como beneficio

Es la fortaleza humana que nos ayuda a ser justos y favorece:

  Ser un buen amigx.

  Contribuir a la sociedad como ciudadanx responsable.

  Desarrollar habilidades para llegar a consensos.

  Ser sensible ante las necesidades de justicia.

  Favorece la compasión por unx y por los demás.

  Ayuda a llegar a resultados equilibrados.

  Fomenta el trabajo en equipo.

  Incrementa la iniciativa individual.

  Crea un clima de generosidad y ayuda.

  Potencia la lealtad.

 

Ejercicios para desarrollar tu equidad

La/el abogadx de oficio

Favorece tu equidad poniéndote en otra perspectiva; defendiendo una postura contraria a la tuya. Elige un tema que genere polémica entre tus amigxs o familia y…

  1. Proponte defender la postura contraria a la que suelas defender. 
  2. Documéntate argumentos a favor y defiéndelos como un abogadx profesional.
  3. Convoca a tus amigxs y familiares un día para debate.

Conclusión: al indagar en la postura contraria seguramente descubras que la entiendes mejor y, gracias a ello, podrás tratar de forma más equitativa a los demás.

(Inspirado en ejercicios de la psicóloga María Gutiérrez, del libro “Manual de ejercicios de psicología positiva aplicada”, editado por el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid). 

Banco de ayuda

Para saber confiar y cooperar es necesario aprender a comunicar nuestras necesidades y sentimientos y, por otro lado, comprender que los otrxs también los tienen.

  1. Trabajaremos en grupo.
  2. Cada integrante de la pareja escribe en una tarjeta una habilidad para ofrecer y una necesidad para pedir ayuda (pueden hacerse 3 tarjetas de cada).
  3. Se colocan en la mesa y cada unx elige una tarjeta de petición y otra de ofrecimiento de ayuda: Necesito que me lleven en coche a un lugar (esto sería la petición) y, a cambio, ofrezco hacer una comida casera (esto sería el ofrecimiento).
  4. Se acuerda el momento o lugar para el intercambio.

Conclusiones: aprenderemos a expresar necesidades, dialogar, empatizar y a dar y recibir ayuda. Lo que favorece relaciones más igualitarias y justas.

(Inspirado en ejercicios de la psicóloga María Madriga, del libro “Manual de ejercicios de psicología positiva aplicada”, editado por el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid).  

 

¿Cómo puede ayudarte desarrollar tu equidad  para recuperarte de un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA)?

Es bastante común que las personas que padecen un TCA sean bastante injustas consigo mismas. A menudo, encontramos  que quienes sufren estos trastornos se sienten inferiores o no se consideran lo suficientemente  buenxs como parejas, amigos, estudiantes o trabajadorxs y, además, se ven o sienten poco atractivos, esbeltos y activxs o deportistas. Si tienes esta tendencia no la vas a erradicar de golpe, pero ser consciente de ella y trabajar para cambiarla, te ayudará a sentirte mejor. 

 

Deja de ser injustx contigo: no te  compares

Es posible que no seas consciente  de que te comparas y  que, al hacerlo, te quedas en una posición inferior respecto al otrx. Esto puede generarte sensaciones desagradables como  incomodidad,  frustración, tristeza,  desgana…. Sé que es doloroso,  pero tiene solución,  es reflejo de tu baja autoestima y tu exagerada  autoexigencia.  Afortunadamente, ambas se pueden trabajar, restaurar y mejorar.  Piensa que es posible que algunxs hagan mejor unas cosas y otrxs otras,  pero todos tenemos cualidades. Tú eres tú, nadie es más que nadie. 

 

Se justx contigo: Focalizate en tus puntos fuertes

Toma conciencia cada vez que te sientes inferior,  respira y  analiza porqué la cualidad del otrx te parece más importante que la tuya,  quizá no sea mejor sino, simplemente, diferente.  Por otro lado, busca tus puntos fuertes y tenlos presentes. Respiralo y céntrate en lo que haces bien, así poco a poco llegarás al equilibrio de valorar lo que te gusta de ti  y no hundirte por lo que no te gusta. 

 

Justx contigo – justx con los demás 

Solo puedes ser justx con los demás, si lo eres contigo. Por ello, es importante aprender a aceptar, por un lado, tus cualidades o puntos fuertes y, por otro, tus  defectos o errores. Entrena admitirlos con la misma naturalidad unos y otros. Si consigues aproximarte y tratarte con justicia lográs ser equitativo con los otrxs. 

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