¿Cómo nos ayuda la Psicología Positiva?

¿Cómo nos ayuda la Psicología Positiva?

Este enfoque considera que la psicología puede contribuir a mejorar nuestra vida diaria y no solo a ayudarnos a recuperarnos de la enfermedad mental

 

La Psicología Positiva, es una perspectiva psicológica que se centra en buscar maneras para ayudarnos a vivir mejor, ser más felices, alcanzar el equilibrio emocional, disfrutar de la vida y afrontarla con optimismo.  Para ello se basa en el conocimiento y desarrollo de nuestras fortalezas humanas y el manejo de nuestras debilidades. 

 

Origen 

El nacimiento de la Psicología Positiva se encuentra en el discurso inaugural del psicólogo Martin Seligman cuando llegó a la presidencia de la Asociación de la Psicología Americana (APA) en 1998. Según contó el mismo Seligman, este encuadre psicológico tiene su origen en momentos de inspiración con su hija Nikki y su amigo Mihály Csíkszentmihályi (psicólogo húngaroestadounidense 1934- 2021, creador de la teoría del Flujo y de importantes estudios sobre la Psicología Positiva). Al parecer, Seligman tuvo una experiencia reveladora con su hija Nikki, cuando ella le dijo que no fuera tan gruñón, algo que le llevó a pensar en dedicarse al “estudio del funcionamiento humano óptimo”, o lo que es lo mismo, contribuir científicamente a que el ser humano sea feliz.

 

Historia

Antes de la Segunda Guerra Mundial, los objetivos de las psicología eran: curar la enfermedad mental, ayudar a las personas a tener una vida más productiva y satisfactoria e identificar y promover el talento. Después de la Segunda Guerra Mundial, debido a la necesidad de tratar patologías mentales generadas por la guerra, la financiación gubernamental se centró en la curación y tratamiento de las enfermedades mentales, dejando de lado los otros objetivos. La reflexión de Seligman le llevó a querer recuperar las anteriores  misiones, para lo cual la psicología no solo debía investigar  la enfermedad mental, sino también estudiar los aspectos positivos que podrían contribuir a la salud del ser humano. 

 

Base científica 

La psicología aún es una ciencia moderna, por eso sigue siendo cuestionada por algunos en lo que respecta a sus bases científicas. Este cuestionamiento ha llevado a que las teorías psicológicas siempre estén respaldadas por serias investigaciones que usan con rigor el método científico. La Psicología Positiva sigue igualmente en esta línea y todas sus conclusiones están basadas en una investigación ponderada y fiable. Este enfoque se diferencia del resto de perspectivas psicológicas al poner el énfasis en las potencialidades humanas. Por lo que centra su investigación en: las experiencias positivas subjetivas y los rasgos positivos individuales.

 

Listado de fortalezas y debilidades de la Psicología Positiva

Con el objetivo de elaborar un listado de virtudes y fortalezas universalmente válidas de este enfoque psicológico, en 1999 se empezó a investigar este campo.  El estudio de la selección de fortalezas siguió un proceso en el que se tuvieron en cuenta aportes de la filosofía, la religión y la psicología. Además, se recopilaron datos de ideales culturales, literarios, publicitarios, etc.  Para Seligman y sus colaboradores, tener la percepción de una buena vida tiene que ver con poseer lo que ellos llaman “buen carácter”. El “buen carácter”, para estos autores, es la interacción de ciertos rasgos positivos, que es lo que llamaron fortalezas de carácter. Peterson y Seligman publicaron en 2004 “Character Strengths and Virtues” (“Fortalezas y Virtudes de Carácter”). La clasificación original de fortalezas de carácter comprende 6 virtudes que se aprobaron por consenso a través de las culturas y de los tiempos.

  • Sabiduría y sapiencia: creatividad (originalidad, inventiva); curiosidad (interés por el mundo, búsqueda de novedad, apertura a la experiencia); mentalidad abierta (capacidad de juicio, pensamiento crítico); amor por el conocimiento y el aprendizaje; perspectiva (sabiduría).
  • Coraje: valentía (valor); persistencia (perseverancia, diligencia); integridad (autenticidad, honestidad); vitalidad (pasión por las cosas, entusiasmo, vigor, energía) 
  • Humanidad: amor; bondad o benevolencia (generosidad, calidez, cuidado, compasión, amor altruista, amabilidad); inteligencia social (inteligencia emocional, inteligencia personal).
  • Justicia: civismo (responsabilidad social, lealtad, trabajo en equipo); equidad; liderazgo.
  • Templanza: capacidad de perdonar y misericordia; humildad y modestia; prudencia; auto-regulación (auto- control).
  • Trascendencia: apreciación de la belleza y la excelencia (capacidad de asombro, admiración, elevación); gratitud; esperanza (optimismo, proyección hacia el futuro, orientación hacia el futuro); sentido del humor (humor positivo); espiritualidad (religiosidad, fe, propósito). 

 

Utilidades y beneficios de la Fortalezas humanas 

Favorece tener un buen autoconcepto basado en nuestras habilidades y cualidades. Tener un buen autoconcepto nos ayuda a mejorar en nuestras actividades y tareas, lo que repercute en que tengamos una buena autoestima. 

  • Facilita la regulación de emociones 

Aprender a manejar las emociones nos capacita hacer una interpretación adecuada de las mismas. Las emociones son avisos que nos facilitan la supervivencia, pero hemos de aprender a identificarlas, gestionarlas y expresarlas adecuadamente. El apelativo de “positiva”, no quiere decir que esta psicología niegue las emociones que nos desagradan, sino que destaca la necesidad de aprender a modular las emociones para favorecer las más adaptativas y beneficiosas. Dicho de otro modo: esta perspectiva psicológica ayuda a que las personas conozcan sus emociones para su buen manejo, para que le potencien y no le debiliten.

  • Ser realistas con nuestras capacidades 

Favorece que tengamos unas creencias realistas sobre quiénes somos y cómo nos desenvolvemos en ciertas tareas, eso nos capacita para desarrollar una sana autoestima. Podremos tener éxitos o fracasos dependiendo de nuestro entorno. Pero, con una buena autoestima, eso no va a afectar en nuestra valoración personal. 

  • Mayor auto-seguridad

Conocer nuestras fortalezas contribuye a potenciar nuestra seguridad, y hacer menos hincapié en las vulnerabilidades. Conocer nuestras fortalezas y trabajar nuestras creencias limitantes ayuda a atrevernos a afrontar retos nuevos y actividades. 

  • Favorece nuestra confianza y responsabilidad

Confianza para vivir y desarrollarnos en la forma que cada uno considere según su filosofía de vida. Y por otro lado, auto-responsabilizarnos de nuestro  equilibrio y bienestar emocional, buscando los apoyos necesarios para alcanzar ese estado   

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