La curiosidad: la motivación para experimentar

La curiosidad: la motivación para experimentar

La curiosidad es una capacidad cognitiva que denota un intenso deseo y motivación por vivir situaciones o adquirir conocimientos nuevos. Un motor que se activa sin esfuerzo, un impulso para poder aprender, experimentar y disfrutar

 

Llamamos curiosidad al interés por conocer el mundo, la búsqueda de novedades y la apertura para vivir experiencias. La curiosidad es una de las cinco fortalezas humanas del apartado sabiduría y conocimiento que estudia la Psicología Positiva. Las otras fortalezas que integran este apartado son: creatividad (originalidad, inventiva); mentalidad abierta (capacidad de juicio, pensamiento crítico); amor por el conocimiento y el aprendizaje como toma de perspectiva (sabiduría). Todas ellas favorecen indagar, ampliar, disfrutar y compartir con otros el conocimiento. Las personas que poseen curiosidad muestran interés por explorar el mundo y apertura a vivir experiencias nuevas. La curiosidad es una virtud que podemos desarrollar y que nos ayudará a nivel personal, académico, profesional y social. Es una facultad humana natural que nos anima a descubrir la vida, a incrementar nuestro conocimiento, favorecer la adquisición de nuevas habilidades y ampliar nuestro círculo social.

 

Características de la curiosidad:

–   Acción que aúna aspectos cognitivos, emocionales y conductuales.

–   Búsqueda de la novedad.

–   Deseo de ampliar el conocimiento.

–   Satisfacción por desarrollar aprendizajes nuevos.  

 

Tipos de curiosidad

No todas las inclinaciones a experimentar son iguales. Hay personas que, por ejemplo, sienten curiosidad por conocer cómo funciona un aparato, mientras que otras tienen interés por conocer las motivaciones de alguien para desarrollar un comportamiento. Es decir, según el tipo de persona que seamos sentiremos una tendencia a investigar unas situaciones u otras. El estudio del equipo del profesor Todd Kashdan de la universidad de Mason (Virginia, EE UU), concluyó que existen 5 tipos de curiosidad

  • Exploración alegre. Se refiere a la alegría y diversión que experimentan algunas personas por aprender tareas o explorar situaciones nuevas, tanto si son complejas como cotidianas. Ej.: experimentamos este tipo de curiosidad si nos alegra la propuesta de nuestro jefe ante un nuevo proyecto.
  • Curiosidad de necesidad. Podríamos decir que es justo la contraria a la anterior: es la tensión que aparece cuando aún no conocemos el resultado o final de una tarea, es cuando la curiosidad se mezcla con el agobio. Ej.: cuando comprobamos la nota del examen.
  • Tolerancia al estrés. Es la ansiedad que se manifiesta ante las novedades que implican cambios, pero que se reduce al unirse a la curiosidad de lo que acontecerá. La motivación a buscar alternativas o caminos hace que descienda el estrés. Ej.: cuando iniciamos un nuevo proyecto y a la incertidumbre se une la motivación de lo que vamos a hacer o cómo vamos a desarrollarlo.
  • Curiosidad social. Sería la inclinación a investigar el porqué las personas reaccionan de una manera u otra. Ej.: este tipo de curiosidad se activa cuando nos preguntamos y queremos averiguar los motivos por los cuáles un amigo está triste. 
  • Búsqueda de emociones. Aparece cuando decidimos asumir riesgos para vivir nuevas experiencias. Ej.: practicar un deporte de riesgo o reservar un viaje en el último momento.  

 

Los beneficios de la curiosidad

La curiosidad se asocia cada vez más a mejoras relacionadas con la vitalidad y el bienestar emocional.

Algunos de estos beneficios son:

  • Proporciona una mayor conciencia y gestión emocional.
  • Potencia la creatividad y facilita fluir con la vida.
  • Disminuye el estrés al interesarnos por desafíos y rivalizar con la incertidumbre de los cambios.
  • Genera una mayor independencia al favorecer investigar por cuenta propia, es un freno ante los estereotipos y los dogmatismos.
  • Nos facilita experimentar emociones positivas y nos proporciona oportunidades de dar sentido a nuestra vida (Kashdan y Steger, 2007).
  • Si nos dejamos llevar por nuestra curiosidad, conseguiremos mejores resultados en el deporte, los estudios o el trabajo. El motivo es que la curiosidad hace que dediquemos más atención a las tareas, que profundicemos más en ellas y seguramente que seamos más conscientes hasta lograr nuestros objetivos.
  • Favorece una mayor adaptación a los cambios. La novedad estimula la curiosidad y viceversa
  • Potencia vivir más años y mejor. El psicólogo Todd Kasdhan en su estudio del año 1996, Psychology and Aging, investigó a 1.000 personas entre 60 y 86 años durante 5 años. En su estudio concluyó que quienes vivieron más y en mejores condiciones, fueron quienes se mostraron más curiosos sin que influyeran sus condiciones físicas. 

 

Formas de incrementar tu curiosidad

  1. Observa lo que te rodea y vive con la atención de un investigador o de alguien que lo ve por primera vez. Seguro que percibes aspectos nuevos.
  2. Intenta una nueva perspectiva. Proponte el ejercicio de mirar e interpretar las situaciones cotidianas, tus acciones o las de los otros desde otro ángulo. Los descubrimientos te sorprenderán.
  3. Prueba a hacer algo que no hayas hecho nunca. No tiene que ser algo arriesgado como hacer paracaidismo, o algo que necesites tiempo o dinero cómo ir de viaje a Australia. Puede ser simplemente saborear una fruta que hasta ahora no hayas comido.
  4. Cambia de hábitos o de rutina. Ej: tómate una tarde libre entre semana o cambia de transporte para ir a trabajar.
  5. Investiga sobre un tema que te llame la atención. Ej: busca en internet, lee libros, mira documentales…
  6. Busca tus raíces: visita los lugares de origen de tus antepasados y haz tu árbol genealógico.
  7. Interésate por tus amigos o familia. Ej: hazles una entrevista como si fueras un periodista, documéntate antes preguntando a otros amigos o familiares. Seguro que descubres muchas cosas.
  8. Escribe una lista de actividades o experiencias que te gustaría vivir. Busca la forma de hacerlas realidad o planifica cómo acercarte a tus objetivos. Si no se te ocurre nada, empieza por cosas sencillas Ej: pasear o tomarte  un café/té en lugar que te llame la atención…

 

Cómo puede ayudarte la curiosidad para recuperarte de un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA)

Las personas que padecen un TCA pueden frenar su curiosidad o necesidad de experimentar,  por temor a que las cosas salgan mal o no sean perfectas. Lo que subyace a esta idea es la necesidad de controlar todas las situaciones presentes y futuras, algo que no es posible.  Esta necesidad de control es un obstáculo para que la persona se recupere de su TCA,  debido a que ese miedo les impide actuar y poder llegar a pensar de forma diferente.  Es decir,  para poder recuperarse de un trastorno alimentario, la persona necesita reestructurar sus pensamientos (ponerlos en duda y cambiarlos por otros más beneficiosos) y también, comportarse  de una forma distinta (más sana o adaptada a su situación). Los cambios en su forma de actuar y pensar influirán en su forma de sentir y ampliarán sus posibilidades de recuperarse. Para conseguir todo ello la persona  necesita abandonar tanto control y confiar.  La curiosidad por experimentar situaciones nuevas puede ser un aliada para sentirse mejor, te damos algunas claves :

 

Prueba a confiar 

Da el siguiente paso en tu recuperación: confía en los profesionales que te tratan y haz lo que ellos te recomiendan. Busca en tu interior la fuerza y prueba los cambios que te proponen; percibirás mejoras a medio plazo.

 

Experimenta ver las cosas desde otro ángulo 

Pon en duda tus pensamientos y toma perspectiva de tus ideas extremistas sobre peso, calorías, imagen, relaciones…. Quizá te des cuenta de que las cosas pueden ser diferentes,  no solo blancas o negras, buenas o malas. Todo tiene distintas interpretaciones, no te quedes siempre con la peor. 

 

Paladea nuevos sabores

Intenta parar tus pensamientos o al menos no escuches atentamente a tu mente. Cierra los ojos, acerca el alimento a tu boca, céntrate en el olor y descríbelo. Después mastica con lentitud y concéntrate en la textura, los sabores y cualquier otra sensación o emoción. No juzgues la experiencia, solo vívela.

 

Aventúrate a vivir experiencias nuevas 

Haz una lista de actividades lúdicas, sociales, artísticas… que te gusten o hayas pensado alguna vez que te apeteciera explorar. A partir de ahí, mira tutoriales, investiga sobre ello y cuando estés preparadx y quieras, atrévete a probarlo. Seguro que aprendes muchas cosas de tí y de la experiencia. Todo ello redundará en la confianza en ti mismx y te ayudará a manejar tu necesidad de control, algo muy necesario para recuperarte de un TCA.  

 

Gestión Emocional (II). Autorregulación

 

Gestión emocional I. Conocer nuestras emociones

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