Cómo potenciar la autoconfianza

Cómo potenciar la autoconfianza

La autoconfianza la capacidad de fiarse de un@ mism@; la creencia positiva que nos hace sentir que podemos responder a diferentes situaciones de la vida, gracias al desarrollo de habilidades y de la  experiencia acumulada

 

“Cree en lo que está dentro de tus necesidades, ya que solo con esa creencia se llena tu necesidad. Ten fe en que puedes lograrlo con éxito, y tus pies estarán nerviosos por su logro”. 

William James (1842-1910), filósofo y padre de la psicología.

 

La autoconfianza es un tema ampliamente tratado en el ámbito psicológico. Para William James (1842-1910), filósofo y padre de la psicología, era considerada una virtud. Desde el punto de vista del psicólogo estadounidense Abraham Maslow (1908-1970), existen dos tipos de autoconfianza: la autoconfianza como característica de la personalidad y la autoconfianza o autoeficacia. La autoeficacia fue definida por el psicólogo canadiense Albert Bandura (1925) como “la creencia en la capacidad de tener éxito en situaciones específicas o realizar una tarea”. En esta publicación nos referiremos a la primera acepción, la autoconfianza como atributo de la personalidad, aunque evidentemente ambas (autoconfianza y autoeficacia) pueden existir en nosotr@s y contribuir al desarrollo la una de la otra. 

 

Algunas ideas para mejorar tu autoconfianza:

 

  • Desarrolla  destrezas. Busca actividades que te gusten y que sientas que están en sintonía con tus capacidades. No es necesario que tengas un talento innato reconocido por ti; muchas veces no es fácil de encontrar y, otras, es tan obvio que podemos no darle importancia.
    ¿Cómo “arrancar”?: comienza a realizar eso que te apetece probar, busca un buen profesor o guía y empieza a practicar. O tal vez, recupera esa actividad que te gustaba. Empezar a entrenarnos requiere cierta disciplina, reconocer los progresos y un sano sentimiento de autocrítica, nunca excesivo.
    ¿Qué hacer para no rendirse?: no juzgues tu aprendizaje de un solo día, fíjate en los avances que has hecho en el camino recorrido desde que empezaste o en un largo período. El desarrollo de esta destreza te proporcionará mayor confianza en tí mism@.
  • Favorece la excelencia, no el perfeccionismo. La excelencia significa  hacer las cosas de la mejor forma que uno sabe en un momento determinado. En cuanto al perfeccionismo… La perfección no existe. Además, siempre se pueden ver las tareas desde ángulos diferentes y los resultados dependen mucho de ello. Valora lo que haces y no te quedes con lo que no está hecho o pudiera haber sido, eso sólo existe en tu cabeza.  Celebrar los aciertos te hará tener confianza en ti. 
  • Cree en ti (más que en lo que te digan los demás). Céntrate en lo que quieres lograr, cuál es tu meta, cómo vas a desarrollar el camino y que submetas puedes visualizar. Si no lo tienes claro, puedes asesorarte pero procura respetar tu deseo y tus maneras de lograrlo. Es importante que tengas en cuenta tus expectativas y no te pliegues a lo que los demás esperan de ti. 
  • Enfrenta y supera tus temores. Hemos de matizar el temor a no hacer las tareas perfectas y, también, hemos de aprender a manejar el miedo a los errores. El terror a la equivocación es uno de los mayores frenos para meternos en proyectos o actividades. Para combatir esto, lo primero es darse cuenta del bloqueo que nos produce el miedo. Si no somos capaces de manejarlo, sería el momento de pedir ayuda. Para superar un miedo es necesario exponernos a él. Superar temores nos ayuda a confiar en nuestras capacidades. 
  • Conócete y valórate. Aprender a desarrollar nuestra autoestima es necesario para confiar en nosotr@s. Comienza por observar lo que te gusta de ti y funciona en tu vida, céntrate en ello y verás como crece la confianza en tus valores.  
  • Desarrolla tu autoeficacia. Para fomentar este aspecto necesitamos responsabilizarnos de las acciones que realizamos para lograr nuestros objetivos. Tomar conciencia de qué podemos cambiar y qué no depende de nostr@s. Una vez que lo sepamos, habremos de realizar una serie de modificaciones en nuestras conductas y quizá también, en nuestros pensamientos para llegar a sentir que somos eficaces. La autoeficacia fue definida por Bandura como “la creencia personal de poseer la capacidad necesaria para realizar de manera exitosa la ejecución de conductas necesarias para obtener resultados”. Si no logras dar este último paso sol@, pide ayuda psicológica.
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