El autoagradecimiento es la capacidad de darnos las gracias por quienes somos: por nuestra forma de ser, por nuestras cualidades, conocimientos, experiencias, aciertos… Pero, también, por nuestros errores y fracasos
“Cuanta más gratitud sientas, más feliz serás y tu vida cambiará más rápido” Rhonda Byrne, autora de“El Secreto”
Tipos de gratitud
Existen dos clases de agradecimiento.
- La gratitud condicional: como su nombre indica, está condicionada; es aquella que se experimenta cuando las situaciones salen como un@ espera, lo que hace que las emociones experimentadas sean efímeras.
- La gratitud incondicional: es dar las gracias por todo y por nada en concreto. No tiene que suceder nada especial para sentirla, consiste en aprender a apreciar lo extraordinario de nuestra cotidianidad y de nosotr@s mism@s. La gratitud a la que hace referencia la escritora australiana Rhona Byrne es de este tipo. La gratitud incondicional es una disciplina que crea el hábito de vida de detenerse para ver todo lo que funciona en nosotr@s y nuestro entorno, por pequeño que sea. Si no hacemos este ejercicio, podemos no ser conscientes de ello y sólo ver lo que no tenemos. Prueba a prestar atención a todo lo que tienes, seguro que te das cuenta que puedes agradecer y agradecerte muchas cosas.
Beneficios de agradecer
Las investigaciones del enfoque de la psicología positiva señalan que, para estar agradecid@s, tenemos que tener la capacidad cognitiva de darnos cuenta y, también, la capacidad de poder sentir haber recibido un rendimiento o provecho. Los estudios de los psicólogos Emmons y McCollough analizan las formas de expresar gratitud y las consecuencias de estar a agradecid@s. Tal y como dicen, podemos expresar este sentimiento de varias formas: dando las gracias, manteniendo a raya los pensamientos negativos y comparándonos con quienes sufren graves problemas. También concluyeron que cuando la gratitud se convierte en un hábito, reporta profundos efectos beneficiosos a nivel físico, psicológico/emocional y social.
Beneficios físicos:
- Fortalece el sistema inmunológico.
- Estabiliza la presión sanguínea.
- Incrementa el tiempo de sueño.
- Mejora la sensación de descanso.
Beneficios psicológicos/emocionales:
- Percibirse más saludable.
- Sentirse optimista.
- Experimentar mayor felicidad.
- Reducir el estrés.
- Modera las actitudes negativas.
Beneficios sociales:
- Incrementa o mejora las relaciones sociales.
- Favorece la empatía.
- Propicia el altruismo.
Entrena tu autoagradecimiento
Tod@s podemos aprender a regalarnos reconocimiento por quienes somos, lo que hemos conseguido y tenemos. Entrénate y toma perspectiva de tu vida y tu presente.
- Agradece lo que eres y tienes, no lo que deberías ser o tener. ¿Dónde está escrito que deberías ser de otra forma o tener más o diferente?, ¿estás segur@ de que sería mejor?. Busca alguna manera que te ayude a poder ver lo bueno de tus circunstancias, seguro que lo puedes encontrar.
- Cultiva la relación contigo. Es la relación que más hemos de cuidar porque siempre vamos a estar acompañad@s de nosotr@s. Por lo tanto, hemos de aprender a tratarnos como lo haríamos con nuestr@ amad@ en el momento más álgido del enamoramiento.
- No hables mal de ti. Sé consciente de tus palabras desvalorizadoras y de tu diálogo interno destructivo y no te lo permitas. Práctica la autorresponsabilidad, no la crítica despiadada y la culpa estéril.
- Mírate con amor. Cuando te mires a un espejo, no pierdas la ocasión de sonreirte y mandarte un mensaje cariñoso, comprensivo, compasivo, energético, animoso…
- Mímate. Busca tiempo para tí y para poder hacer lo que te gusta, relaja o viene bien. Ten en cuenta que según dice la investigación nadie puede estar agradecido así mism@ si no siente beneficios de estar en su compañía.
- Desarrolla algún propósito. Muestra al mundo tus talentos a través de alguna actividad con la que disfrutes, si te hace feliz no es necesario que consigas éxito o que sea útil. Tu motivación y tu alegría son unas grandes aportaciones para los que te rodean, además de serlo para ti mism@.
- Confía en tu ritmo y forma. Tod@s tenemos ritmos distintos para caminar, entender, actuar… Es algo propio y no tiene sentido compararnos con l@s demás. Además, tenemos nuestras habilidades, maneras e incongruencias que nos hacen únic@s, concéntrate en valorarlas y agradecerlas.
- Si el día no va bien: para y agradece. Cuando las situaciones se tuerzan para, respira, identifica tus sentimientos, acéptalos y deja que fluyan para dar paso a otros. Después haz un cambio y en vez de centrarte en lo que no marcha, agradece lo que funciona.
- Observa tus ayudas a otros. ¿Sabes que una sonrisa o unas buenas palabras pueden cambiar la vida a los que te rodean? Seguro que recuerdas como alguien hizo o dijo algo que te cambió el día. Prueba a ser tu esa persona y mejora la vida de alguien en algún momento.
- Perdona y perdónate. Tod@s estamos luchando contra nuestros demonios, así que, cuando no te sientas bien tratado por alguien, tenlo lo presente. Por otro lado, tienes derecho a expresar tu malestar o simplemente alejate. El perdón no se puede forzar, pero perdonar es una manera de no cargar con el rencor. Si aprendemos a perdonarnos y ser compasivos con nosotr@s, seguramente nos resultará más fácil perdonar a otr@s.
A principios de este año me comprometí a publicar doce reflexiones de conceptos psicológicos, con el objetivo de ayudar a conocerse y cuidarse más y mejor. A esta compilación la llamamos “Doce autos para conducirte en el 2021”, el título es de mi hermana Esther Alonso Vaquerizo, que me ayuda en este camino. La idea era publicar uno cada mes, ha llegado diciembre del 2021 y se acaban estas doce reflexiones, espero que te hayan gustado y ojalá hayan contribuido a que estés mejor contigo.
Gracias por leerme y haberme acompañado en mi primer año en las redes sociales.