Los descubrimientos neurocientíficos unidos a la investigación psicológica y social, aseguran que podríamos tener siete u ocho sentidos. Estos sentidos son: la vista, el oído, el olfato, el gusto, el tacto, la interocepción, propiocepción y la percepción social
Tres sentidos nuevos
Tradicionalmente, se han identificado cinco sentidos principales: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto cuya misión es proporcionarnos información sobre el mundo que nos rodea y ayudarnos a interactuar con él de manera efectiva. Recientemente, algunos neurocientíficos incluyen tres sentidos más:
- La interocepción: es la información que recibe nuestro cerebro del funcionamiento de nuestros órganos internos, es una información fundamentalmente inconsciente, es decir, no podemos acceder facilmente a ella.
- La propiocepción: es la conciencia de la posición y movimiento del cuerpo, es una información consciente, podemos idententificarla si prestamos atención.
- La percepción social: es la información que tenemos al relacionarnos con los demás, es la interpretación, comprensión e intención que desarrollamos en interacciones sociales.
¿Qué es la interocepción?
Se refiere a la capacidad de percibir sensaciones internas del cuerpo, como la frecuencia cardíaca, la respiración, la temperatura corporal, la sensación de hambre, la sed y otros procesos fisiológicos. La interocepción juega un papel crucial en la forma en que interpretamos y respondemos a nuestras propias sensaciones internas. Es inconsciente, pero podemos aprender a ser más conscientes y sensibles a las señales internas de nuestro cuerpo y llegar a identificar procesos fisiológicos como el hambre.
Desarrollar la interocepción
La interocepción puede desarrollarse y mejorar a través de prácticas específicas diseñadas para aumentar la conciencia y la sensibilidad a las sensaciones internas del cuerpo. Algunas técnicas que pueden ayudar a desarrollar la interocepción incluyen:
- Atención plena (mindfulness). Este entrenamiento puede ayudar a dirigir la atención hacia las sensaciones internas del cuerpo, como la respiración, el latido del corazón y las sensaciones viscerales.
- Prácticas de conciencia corporal. Pueden ayudar a desarrollar la interocepción, ejercicios diseñados para aumentar la conciencia de las diferentes partes del cuerpo y las sensaciones que experimentamos en ellas.
- Terapia centrada en el cuerpo. Enfoques terapéuticos psicológicos que se centran en la conexión entre la mente y el cuerpo, como el enfoque somático y la terapia sensoriomotriz, pueden ayudar a mejorar la conciencia de la interocepción.
- Prácticas de respiración. La atención consciente a la respiración y la práctica de técnicas de respiración pueden aumentar la conciencia de las sensaciones físicas asociadas con la respiración y mejorar la interocepción.
- Ejercicio físico. Practicar regularmente actividades físicas, puede aumentar la conciencia corporal y mejorar la interocepción al proporcionar más oportunidades para experimentar sensaciones físicas internas.
Es importante tener en cuenta que el desarrollo de la interocepción puede llevar tiempo y práctica, y la experiencia puede variar de una persona a otra. Con tiempo y dedicación, muchas personas pueden mejorar su conciencia de las sensaciones internas del cuerpo y su capacidad para responder de manera efectiva a esas sensaciones.
Beneficios de conocer nuestra interocepción
Estar conscientes de las sensaciones internas de nuestro cuerpo, puede tener varios beneficios que nos ayudaran a vivir de manera más consciente y satisfactoria, promoviendo tanto el bienestar físico como el emocional.
- Mayor autoconciencia. La interocepción nos ayuda a conectarnos con nuestras sensaciones internas, lo que puede aumentar nuestra comprensión de nuestras emociones, necesidades y límites.
- Gestión del estrés y la ansiedad. Al estar más conscientes de las sensaciones físicas asociadas con el estrés y la ansiedad, podemos aprender a identificar y abordar estos estados emocionales de manera más efectiva.
- Mejor toma de decisiones. La interocepción puede proporcionarnos señales sobre lo que necesitamos en un momento dado, lo que puede ayudarnos a tomar decisiones que apoyen nuestro bienestar físico y emocional.
- Regulación emocional. Al estar más conscientes de las sensaciones corporales asociadas con diferentes emociones, podemos desarrollar estrategias para regular nuestras respuestas emocionales y gestionar mejor el estrés y la ansiedad.
- Mejora de la salud mental. La conexión con nuestras sensaciones internas puede promover una mayor autoaceptación, autoestima y compasión hacia nosotros mismos, lo que puede contribuir a una mejor salud mental en general.
- Favorece el bienestar físico. La interocepción puede ayudarnos a identificar las necesidades físicas de nuestro cuerpo, como el hambre, la sed y el cansancio, lo que puede promover hábitos de vida más saludables.
¿Qué es la propiocepción?
Es el sentido que nos permite tener conciencia de la posición, movimiento y tensión muscular de nuestro cuerpo, sin necesidad de utilizar la vista. Es esencial para la coordinación motora y la percepción espacial. Este sentido utiliza información proveniente de receptores sensoriales ubicados en los músculos, articulaciones y tendones para proporcionarnos información sobre la posición relativa de nuestras partes corporales y la fuerza ejercida en ellas. Por ejemplo, nos permite saber dónde están nuestras manos o pies incluso con los ojos cerrados, y ajustar nuestro movimiento de manera precisa y coordinada. Además de todo ello, como señala la neurocientífica Nazareth Castellanos, este sentido es muy importante ya que interviene en procesos anímicos. Por ejemplo, nuestro cerebro interpreta que estamos tristes si nos inclinados y encorvamos hacia adelante, una postura muy habitual actualmente cuando miramos el móvil. La investigación señala que el área de la boca es la que mejor se identifica, por tanto, sonreír indica a nuestro cerebro que todo está bien, además, ese sencillo gesto, según señala la neurociencientífica, puede incluso ayudarnos a rendir más, por ejemplo, hacer una serie más de abdominadales.
La importancia de la propiocepción
- Facilita la coordinación motora. Ayuda a mantener la coordinación y el equilibrio, lo que es fundamental para realizar actividades físicas y cotidianas de manera efectiva y segura.
- Previene de lesiones. Una buena propriocepción puede ayudar a prevenir lesiones al permitirnos detectar cambios en la posición y la tensión muscular, lo que nos permite realizar ajustes para evitar movimientos bruscos o posturas que puedan causar lesiones.
- Favorece procesos de rehabilitación. En caso de lesión, la propriocepción juega un papel importante en la rehabilitación, ya que ayuda a recuperar la fuerza, la estabilidad y la coordinación perdidas.
- Contribuye al desarrollo motor. En el desarrollo infantil, la propriocepción es fundamental para adquirir habilidades motoras básicas y avanzadas, como gatear, caminar, correr, saltar y realizar actividades deportivas.
- Incrementa la conciencia corporal. La propiocepción nos brinda una mayor conciencia de nuestro cuerpo y sus movimientos, lo que nos permite realizar actividades con mayor precisión y eficiencia, así como tener una mejor comprensión de nuestras capacidades físicas y limitaciones.
La conciencia corporal y las terapias psicológicas
La conciencia corporal es la capacidad de estar atento y percibir las sensaciones físicas y emocionales que experimentamos en nuestro cuerpo. Es un aspecto importante y puede influir en el bienestar y la regulación emocional. En terapia psicológica, la conciencia corporal puede ser una herramienta poderosa para explorar y comprender mejor las emociones, los pensamientos y los patrones de comportamiento. Al prestar atención a las sensaciones corporales, como la tensión muscular, la respiración y las reacciones físicas ante ciertas situaciones, se puede obtener información valiosa sobre el estado emocional y mental de una persona.
Cada vez son más enfoques psicológicos los que tienen más presente la comunicación entre la mente y el cuerpo. Este cambio tiene que ver con el incremento de la investigación científica que destaca la comunicación e influencia entre los distintos órganos del cuerpo con el cerebro. Por fin empezamos a conocer a nivel científico y no solo por experiencia tradiciones culturales, que no existe separación entre la mente y el cuerpo. El cuerpo está incluido en la mente o la mente forma parte del cuerpo y además, existe comunicación entre el cerebro y el corazón, el cerebro y el estómago, el cerebro y la postura corporal, etc.
Técnicas psicológicas para mejorar la conciencia corporal
La integración de la conciencia corporal en la terapia puede ser especialmente útil para aquellos que luchan con problemas de salud mental, estrés, ansiedad, experiencias traumáticas o trastornos alimentarios, ya que les brinda herramientas para gestionar sus síntomas y promover el bienestar emocional y físico.
Los terapeutas pueden utilizar técnicas que fomenten la conciencia corporal como por ejemplo:
- La atención plena (mindfulness).
- La terapia centrada en el cuerpo.
- Los ejercicios de respiración.
- Las dinámicas de movimiento (Movimiento auténtico, movimiento expresivo…).
- La terapia EMDR.
Estas técnicas pueden ayudar a las personas a conectarse más profundamente consigo mismas, a procesar experiencias pasadas o traumas, a regular emociones intensas y a desarrollar una mayor autoconciencia y autocuidado.
La conciencia corporal y los TCA
La integración de la conciencia corporal en la terapia puede ser especialmente útil para aquellos que luchan contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria, ya que les brinda herramientas para gestionar sus síntomas y promover su bienestar.
Las terapias de conciencia corporal pueden ser útiles en el tratamiento de trastornos de la conducta alimentaria (TCA), como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón, al ayudar a las personas a desarrollar una mayor conexión entre su cuerpo, su mente y sus emociones, algo fundamental en su proceso de recuperación.
Algunas terapias de conciencia corporal que se han utilizado en el tratamiento de TCA incluyen:
- Terapia de movimiento corporal. Esta terapia se centra en el uso del movimiento para explorar y expresar emociones, promover la autoconciencia y mejorar la relación con el cuerpo.
- Terapia de arte corporal. Implica el uso de diversas formas de expresión artística, como el dibujo, la pintura o la escultura, para explorar la imagen corporal, las emociones y las experiencias personales relacionadas con la alimentación y el cuerpo.
- Terapia de danza y movimiento. Utiliza la danza y el movimiento para fomentar la autoexpresión, la autoaceptación y la conexión con el cuerpo, así como para promover el bienestar emocional y físico.
- Mindful Eating (Alimentación Consciente). Se enfoca en la conciencia plena durante el proceso de comer, alentando a las personas a prestar atención a las sensaciones físicas, emociones y pensamientos asociados con la alimentación, y a cultivar una relación más saludable con la comida y el cuerpo.
Estas terapias pueden ayudar a las personas con TCA a reconectar con su cuerpo, a aprender a escuchar y respetar sus señales internas de hambre y saciedad, a explorar las emociones subyacentes que contribuyen a los comportamientos alimentarios disfuncionales, y a desarrollar una mayor autoconciencia y aceptación corporal. Es importante tener en cuenta que las terapias de conciencia corporal deben ser parte de un plan de tratamiento integral que incluya también la atención médica, nutricional y psicológica para abordar los diferentes aspectos de los TCA.
La percepción social
Es la interpretación, comprensión del comportamiento y las intenciones de las personas en las interacciones sociales. Implica la capacidad de percibir y evaluar características individuales como la personalidad, las emociones, las intenciones y las motivaciones de los demás, así como de interpretar las señales no verbales, como el lenguaje corporal, las expresiones faciales y el tono de voz. La percepción social juega un papel fundamental en nuestras relaciones interpersonales, ya que nos permite formar impresiones sobre los demás, predecir su comportamiento y adaptar nuestra propia conducta en consecuencia. Además, influye en la forma en que nos relacionamos con los demás, en cómo nos comportamos en diferentes situaciones sociales y en cómo interpretamos y respondemos a los estímulos sociales.
Los psicólogos sociales estudian la percepción social para comprender mejor los procesos cognitivos y emocionales involucrados en la forma en que percibimos a los demás y cómo estas percepciones afectan nuestras interacciones sociales y nuestras actitudes hacia los demás. Es importante entender que la percepción no es simplemente una reproducción exacta de la realidad externa, sino que está influenciada por factores cognitivos, emocionales y sociales. Por lo tanto, aunque los sentidos nos proporcionan información sobre el mundo exterior, la forma en que interpretamos y damos sentido a esa información puede estar sujeta a sesgos, experiencias pasadas y procesos mentales complejos.
Entrenar la percepción social
Implica desarrollar habilidades para comprender mejor las emociones, intenciones y comportamientos de otras personas en diferentes situaciones sociales. Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudar a mejorar la percepción social:
- Practicar la empatía. Intenta ponerte en el lugar de los demás y comprender sus puntos de vista y sentimientos. Esto puede implicar escuchar activamente, validar las emociones de los demás y mostrar comprensión y apoyo.
- Observar el lenguaje corporal. Presta atención a las señales no verbales, como las expresiones faciales, el tono de voz, los gestos y la postura, para comprender mejor las emociones y las intenciones de los demás.
- Escuchar activamente. Practica la escucha activa al prestar atención completa a lo que dicen los demás, hacer preguntas de seguimiento y demostrar interés genuino en sus experiencias y sentimientos.
- Desarrollar la conciencia emocional. Trabaja en identificar y comprender tus propias emociones y cómo influyen en tus percepciones y respuestas hacia los demás.
- Practicar la teoría de la mente. Intenta comprender los pensamientos, creencias y perspectivas de los demás, incluso cuando difieran de los tuyos. Esto puede ayudarte a anticipar y comprender mejor el comportamiento de otras personas.
- Participar en juegos de rol o improvisación. Participar en actividades donde debas asumir roles y simular diferentes situaciones sociales puede ayudarte a practicar la percepción social y mejorar tus habilidades de comunicación y empatía.
- Solicitar retroalimentación. Pide a amigos, familiares o colegas que te den retroalimentación honesta sobre cómo perciben tus habilidades sociales y qué áreas podrías mejorar.
- Buscar oportunidades de aprendizaje. Lee libros, artículos o investigaciones sobre psicología social y habilidades sociales para obtener una comprensión más profunda de la percepción social y cómo mejorarla.
Al practicar estas estrategias de manera regular, puedes fortalecer tus habilidades de percepción social y mejorar tus relaciones interpersonales y tu capacidad para navegar eficazmente en diferentes entornos sociales.