¿Qué es la terapia EMDR?

¿Qué es la terapia EMDR?

La terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) es un tratamiento psicológico que ayuda a las personas a superar traumas y recuerdos difíciles

 

Principios del EMDR 

EMDR son las siglas en inglés de Eye Movement Desensitization and Reprocessing, que en español se ha traducido por Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares. Estas siglas aluden directamente al ejercicio característico de este enfoque psicológico, que consiste en guiar al paciente para que mueva sus ojos a un ritmo determinado, lo que le ayudará a reprocesar heridas emocionales o traumas. Es una terapia basada en la hipótesis de que las experiencias traumáticas pueden quedar almacenadas de forma disfuncional en la memoria, generando síntomas emocionales y comportamentales persistentes. El tratamiento se basa en un proceso estructurado que involucra la estimulación bilateral (movimientos oculares, sonidos o golpeteos alternos), lo que  permite reprocesar los recuerdos perturbadores y facilitar una adaptación más saludable. 

 

Inicios de la terapia EMDR 

Fue desarrollada por la psicóloga estadounidense Francine Shapiro en 1987. Al parecer, su descubrimiento fue casual. Mientras Shapiro caminaba por un parque, notó que al mover los ojos de un lado a otro, ciertos pensamientos negativos que tenía parecían perder intensidad emocional. A partir de esta observación, Shapiro comenzó a investigar y a probar esta técnica con personas que habían sufrido trauma y trastorno de estrés postraumático (TEPT), como veteranos de guerra y víctimas de abuso. Descubrió que cuando las personas recordaban eventos traumáticos mientras seguían un estímulo visual (como el movimiento de los dedos del terapeuta), el recuerdo se volvía menos perturbador con el tiempo.

Después de varios estudios, en los años 90, el EMDR fue reconocido como un tratamiento eficaz para el trauma y otros problemas emocionales. Hoy en día, es una terapia respaldada científicamente y utilizada en todo el mundo. 

 

La base neurocientífica de la terapia EMDR

La terapia EMDR tiene importantes fundamentos científicos basados en los estudios más recientes. Desde un punto de vista neurobiológico, el trauma impacta directamente en la amígdala, el hipocampo y la corteza prefrontal, afectando la regulación emocional y la memoria (“Neurobiología del Trauma y Respuesta al Estrés Prolongado”. Zegarra-Valdivia & Chino-Vilca, 2019). Estudios en neurociencia han demostrado que el EMDR contribuye a cambios en la actividad cerebral, específicamente en la reducción de la hiperactividad de la amígdala (estructura clave en la respuesta al miedo) y en el fortalecimiento de la conectividad entre el

hipocampo y la corteza prefrontal, regiones involucradas en la regulación emocional y la memoria (“El cuerpo lleva la cuenta: Cerebro, mente y cuerpo en la superación del trauma”. Eleftheria Editorial. Van der Kolk, 2020). Los descubrimientos ayudan a que los investigadores de EMDR creen una serie de métodos y protocolos. Estas herramientas ayudan al terapeuta especialista en EMDR a guiar al paciente a través de técnicas y ejercicios, con el fin de que pueda procesar de una manera más sana o adaptativa los recuerdos y así poderlos almacenar de forma funcional y no traumática. 

 

Aspectos relevantes del funcionamiento cerebral para el EMDR 

  1. La amígdala, el hipocampo y la corteza prefrontal
  • La amígdala es la parte del cerebro que detecta el peligro y activa la respuesta de miedo. Cuando se experimenta una situación traumática se mantiene hiperactiva. 
  • El hipocampo es como nuestra biblioteca de recuerdos, los organiza y ordena en el tiempo. Cuando uno de esos recuerdos, igual que un libro en una biblioteca,  está mal colocado, nos genera problemas y desconcierto. Esto significa que nuestro cerebro no procesa bien la experiencia, lo que hace que  la situación traumática y no procesada se sienta “como si estuviera pasando ahora”. Por eso a veces en nuestra vida nos afectan situaciones que racionalmente entendemos que no son para tanto. Posiblemente se deba a que hay un recuerdo mal  archivado, seguramente habrá una situación sin procesar que nos generó una herida emocional o trauma. 
  • La corteza prefrontal es la parte de nuestro cerebro encargada del razonamiento. Cuando un recuerdo no está bien archivado porque alude a una situación traumática o, dicho de otra manera, hay una sobreactivación de la amígdala por el miedo, la corteza prefrontal no funciona.  Es decir,  el miedo lo ocupa todo y no podemos razonar  o regular bien la respuesta emocional porque la memoria traumática sigue activando el miedo. 

La intención con el tratamiento del  EMDR, es que estos sistemas se reorganicen y el cerebro “archive” el recuerdo correctamente, reduciendo su impacto emocional.

 

  1. Reconsolidación de la memoria

La terapia EMDR permite que los recuerdos traumáticos sean activados y modificados con nueva información más adaptativa. Esto es posible gracias a la neuroplasticidad o capacidad del cerebro para cambiar. Esta característica del cerebro permite que las emociones y creencias negativas asociadas al trauma se transformen en respuestas más saludables.

 

3.Reducción de la activación del sistema nervioso

Esta terapia ayuda a calmar el sistema nervioso simpático, que en el trauma queda hiperactivado (respuestas de lucha, huida o congelación). Una vez el sistema nervioso está en calma, el cerebro aprende que ya no está en peligro y responde con menos ansiedad y estrés.

 

Fundamentos básicos y clásicos de EMDR

La terapia EMDR se basa en principios psicológicos y neurocientíficos sólidos. Funciona ayudando al cerebro a procesar recuerdos traumáticos de manera más saludable, reduciendo la carga emocional y permitiendo respuestas más adaptativas en el presente.

 

  1. Modelo de Procesamiento Adaptativo de la Información (PAI)

La creadora de está terapia, Francine Shapiro, basándose en la investigación, puso el foco en la manera en que nuestro cerebro de forma natural procesa la información para ayudarnos a digerir las experiencias. En nuestra vida, cuando vivimos algo traumático o muy estresante, este sistema se bloquea y el recuerdo queda almacenado de forma disfuncional, con toda su carga emocional y sensorial intacta. El EMDR ayuda a “desbloquear” este procesamiento, permitiendo que el recuerdo se reprograme y almacene de una manera más saludable y menos perturbadora.

 

2. Movimientos oculares y estimulación bilateral

La técnica básica de esta terapia es utilizar los movimientos oculares o estímulos bilaterales (como sonidos o toques alternos en ambas manos), para activar el procesamiento del recuerdo. Es algo similar al mecanismo del sueño REM, cuando el cerebro procesa emociones y recuerdos durante la noche.

 

3. Fases del tratamiento

El EMDR sigue un protocolo estructurado de ocho fases, que incluyen la identificación del recuerdo traumático, la estimulación bilateral y la integración de nuevas creencias más positivas.

 

¿Cómo se realiza la terapia EMDR? 

Para comenzar a realizar esta terapia es necesario estar en el proceso terapéutico. El experto ha de tener un conocimiento de la persona a nivel psicológico y facilitarle un entrenamiento para poder desarrollar las fases específicas de la terapia. Trabajar desde este enfoque no consiste sólo en propiciar la estimulación bilateral a través de los movimientos oculares, sino que parte de la conceptualización de la problemática del paciente. Lo más novedoso y llamativo es el protocolo de ocho fases en las que se integra un una situación traumática. Esto se trabaja haciendo que la persona recuerde el evento doloroso mientras sigue con los ojos un estímulo (como el movimiento de los dedos del terapeuta). Esto ayuda al cerebro a procesar el recuerdo de una manera más saludable, reduciendo su impacto emocional. Este tratamiento puede ayudar a quienes sufren diferentes alteraciones psicológicas como, el estrés postraumático (TEPT), trastornos alimentarios (TCA), ansiedad y otras dificultades emocionales en las que subyacen evento/s traumáticos.

¿Qué beneficios añade EMDR a la Terapia Cognitivo – Conductual (TCC)?

La TCC es excelente para trabajar los pensamientos y conductas actuales, mientras que el EMDR ayuda a sanar la raíz emocional del problema. Juntas pueden hacer que el tratamiento sea más completo y efectivo.

 

  1. Trabajo centrado en el presente y pasado

La TCC tiende a centrarse en los pensamientos y conductas actuales, mientras que el EMDR ayuda a procesar traumas pasados que pueden estar influyendo en ellos. Por ejemplo, alguien con un TCA puede saber racionalmente que la comida no es “mala”, pero sí sufrió bullying por su cuerpo, ese miedo sigue activo. El EMDR lo ayuda a liberar esa carga emocional.

 

  1. Modificación de creencias a nivel emocional

La TCC ayuda a cuestionar y modificar pensamientos irracionales (“Si engordo, nadie me querrá”), pero el EMDR puede hacer que estos cambios sean más naturales porque reprocesa la emoción que los mantiene activos.

 

  1. Reducción de la reactividad emocional

Muchas personas con TCA o ansiedad tienen respuestas emocionales intensas a ciertos estímulos (por ejemplo, sentir culpa extrema al comer). El EMDR ayuda a reducir la intensidad de estas respuestas, facilitando el trabajo con TCC.

 

  1. Disminución angustia en las exposiciones corporales

En TCC se usa la exposición para que la persona enfrente sus miedos (como comer ciertos alimentos). El EMDR puede ayudar a disminuir el miedo y la ansiedad asociados a estas situaciones, haciendo que la exposición sea menos angustiante.

 

Cuándo combinar la TCC y el EMDR 

Como psicóloga  cognitivo conductual y clínica EMDR considero que la combinación de ambas puede ser de gran ayuda para las personas en tratamiento. Trabajo con ambos enfoques en casos de TCA, ansiedad o depresión donde hay recuerdos dolorosos que mantienen los síntomas. El EMDR ayuda a disminuir el malestar emocional / físico, no sólo a entender racionalmente su problema. A veces, cuando la reacción emocional es tan intensa que impide aplicar las estrategias de la TCC, como son los cambios conductuales, es necesario probar con otras técnicas y aquí también puede ayudar el EMDR. 

 

TCA y la terapia EMDR

La terapia EMDR puede ser muy útil en los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), porque muchas veces estos trastornos están relacionados con traumas, creencias negativas sobre uno mismo y emociones difíciles de manejar. Considero que combinarse con otras terapias como la cognitivo-conductual y la terapia nutricional contribuye a  mejores resultados. 

 

La  terapia EMDR ayuda especialmente a: 

 

  1. Procesar recuerdos traumáticos

Muchas personas con TCA han vivido experiencias difíciles (como bullying, abuso o comentarios sobre su cuerpo) que afectan su autoestima y relación con la comida. El EMDR ayuda a procesar estos recuerdos para que dejen de generar angustia.

 

  1. Reemplaza neuronalmente las creencias negativas

Las personas con TCA suelen tener pensamientos como “no soy suficiente”, “tengo que ser delgada para valer”, o “no tengo control sobre mi vida”. Con el EMDR, el cerebro aprende a reemplazar estas creencias por otras más saludables, como “mi valor no depende de mi cuerpo”.

3. Reduce la ansiedad y el malestar emocional

Habitualmente comer o restringir comida  se usa para calmar emociones difíciles. Al sanar el origen de estas emociones, la persona necesita menos recurrir a conductas alimentarias dañinas.

 

4. Mejora la relación con el cuerpo

Procesar recuerdos o mensajes dañinos sobre la imagen corporal permite que la persona se vea a sí misma con más compasión y aceptación.

 

RSS
Facebook
Twitter
Instagram