La inteligencia emocional (IE) y la inteligencia artificial (IA) son conceptos diferentes, pero se están empezando a cruzar cada vez más, especialmente en áreas como la robótica social, los asistentes virtuales o el análisis de emociones en redes sociales
Relación entre la Inteligencia Artificial IA y la IE
La IA está tratando de “aprender” inteligencia emocional humana, especialmente para mejorar la interacción con las personas. Pero por ahora, solo simula esa capacidad —no la vive ni la entiende como un ser humano-. Aún así, es un campo con mucho potencial y dilemas éticos.
La IA no siente emociones: sólo las simula o reconoce patrones. Por eso, aunque puede parecer empática, no experimenta sentimientos reales. Su “inteligencia emocional” depende de los datos y algoritmos con los que fue entrenada. Si esos datos están sesgados o mal interpretados, la IA puede responder de forma poco empática o inapropiada. La inteligencia emocional humana implica conciencia, contexto, ética y valores —áreas en las que la IA todavía está muy lejos
En psicología, educación o salud mental, se está empezando a usar IA con componentes de inteligencia emocional para:
- Detectar riesgos de depresión, ansiedad o suicidio en texto o voz.
- Apoyar terapias (como apps de bienestar emocional).
- Entrenar habilidades emocionales en simuladores o juegos.
¿Qué es la inteligencia emocional (IE)?
Es la capacidad de una persona para reconocer, comprender, manejar y expresar adecuadamente sus propias emociones, así como para reconocer, comprender e influir en las emociones de los demás. Implica una combinación de habilidades emocionales y sociales que ayudan a las personas a adaptarse mejor a su entorno, tomar decisiones más acertadas y mantener relaciones saludables.
El concepto de IE fue popularizado por Daniel Goleman en los años 90, aunque tiene raíces anteriores en estudios de habilidades sociales y emocionales. Goleman propuso que la inteligencia emocional es tan importante, o incluso más, que el cociente intelectual (CI) para el éxito personal y profesional.
Elementos de la IE
- Autoconciencia emocional: reconocer tus propias emociones y cómo te afectan.
- Autorregulación: manejar tus emociones de forma saludable y constructiva.
- Motivación: tener un impulso interno para lograr metas, más allá de recompensas externas.
- Empatía: entender y compartir los sentimientos de otras personas.
- Habilidades sociales: manejar relaciones y saber influir en los demás de forma positiva.
Relación entre la inteligencia emocional (IE) y la Regulación emocional
La inteligencia emocional y la regulación emocional están profundamente conectadas: podríamos decir que la regulación emocional es una parte fundamental de la inteligencia emocional.Según los modelos de Daniel Goleman o el de Mayer y Salovey una de las de las dimensiones clave de la IE es la capacidad de regular las emociones.
La regulación emocional es la habilidad para controlar y modificar las propias emociones de forma consciente y eficaz.
Es importante señalar que sin regulación emocional, no hay inteligencia emocional completa. Regulación emocional es el paso que transforma el “me doy cuenta de lo que siento” en “sé cómo manejarlo de forma saludable”. Una alta inteligencia emocional implica una buena regulación emocional, porque las personas emocionalmente inteligentes:
- Reconocen lo que sienten (autoconciencia).
- Comprenden por qué lo sienten (reflexión emocional).
- Eligen cómo actuar frente a eso (autorregulación).
Por ejemplo, una persona que detecta que está sintiéndose frustrada durante una discusión (autoconciencia), entiende que está reaccionando así por estrés acumulado (comprensión emocional) y decide respirar profundo antes de responder (autorregulación), está poniendo en práctica su inteligencia emocional.
Las emociones: nuestra brújula interior
- Nos ayudan a entender lo que pasa dentro de nosotros y cómo responder al mundo que nos rodea. No están ahí por casualidad: tienen una función muy importante para nuestra supervivencia, nuestras relaciones y nuestro bienestar.
- Nos dan información sobre lo que necesitamos o valoramos. Si sientes miedo, es porque percibes un peligro. Si sientes alegría, probablemente estás haciendo algo que valoras.
- Nos motivan a actuar. El enfado te puede dar energía para poner límites. La tristeza puede invitarte a buscar apoyo.
- Nos ayudan a comunicarnos con los demás. Las emociones se expresan con la cara, la voz y el cuerpo, y ayudan a que los demás entiendan cómo nos sentimos.
- Nos conectan con los demás. Compartir emociones nos permite generar vínculos y empatía. Nos ayuda a sentirnos comprendidos.
- Nos protegen. Emociones como el miedo o la culpa tienen una función protectora: nos alejan del peligro o nos hacen reflexionar sobre nuestras acciones.
La gestión emocional nos ayuda a:
- Calmarnos cuando estamos enojados o ansiosos.
- Impulsarnos cuando estamos desmotivado.
- Redirigir nuestras emociones percibidas cómo negativas hacia algo productivo.
- Evitar reacciones impulsivas o destructivas.
Diez preguntas que te ayudaran a manejar tus emociones
- ¿Qué emoción estoy sintiendo ahora? Ej: tristeza, miedo, culpa…
- ¿Estás juzgando lo que sientes? Procura no hacerlo, eso no es respetarte, sentir no se elige, actuar sí.
- ¿Qué significa esa emoción? Ej: enfado, “necesito poner límites”
- ¿Qué me lleva esta emoción a pensar o a hacer (Ej: “comer”, “obsesionarme con mejorar”…)?, ¿es adecuado pensar o hacer esto para mí?
- ¿Dónde la siento en el cuerpo? pecho, abdomen…
- ¿Estoy aceptado está emoción?, ¿qué dice de míi no poder aceptarla?
- ¿Qué me causa esta emoción? “Desconectarme de mí”, “aislarme de los demás”…
- ¿Puedo expresarla?, ¿comunico lo que siento? Ej: escribir un poema”
- ¿Qué puedo aprender de ello? Ej “Coraje”, “qué soy muy crític@ conmigo”…
- ¿Qué puedo hacer para ayudarme a procesar esta emoción? Ej: caminar por la naturaleza, respirar, abrazar…