Con “autoaceptación» nos referimos a tener una actitud positiva hacia nosotr@s mism@s, que nos permite aceptarnos en todas nuestras dimensiones
La “autoaceptación” es un componente fundamental de la salud mental y el bienestar emocional, necesario para formar una sana autoestima y una buena base para la resiliencia. Según Albert Ellis, psicoterapeuta cognitivo creador de la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC): “La autoaceptación hace referencia a que la persona se acepta a sí misma de forma plena y sin condiciones, tanto si se comporta como si no se comporta de forma inteligente, correcta o incorrecta, y tanto si los demás le conceden o no su aprobación, respeto y amor”.
- Aceptarnos significa valorarnos y sentirnos merecedores de amor, sabiendo que no somos perfectos.
- Aceptarnos no significa que no sea necesario cambiar o matizar aspectos de nosotr@s que no nos gustan, nos impiden conseguir lo que queremos o nos generan problemas con nosotr@s mism@s o con l@s demás. Modificar estos aspectos es positivo pero, antes, vamos a aceptarnos y querernos como somos.
¿Crees que amor y perfección van unidos?
Si tu respuesta es “sí”, es posible que no te estés aceptando. No hay un motivo racional para querer a otras personas (o a nosotr@s mism@s), así que la perfección y el amor no van unidos en absoluto. Esta sencilla guía te ayudará a comprenderlo mejor:
- Asume que las necesidades vitales existen. Los seres humanos tenemos una serie de necesidades y hemos de aprender a cubrirlas. Parece simple pero, muchas veces, estamos desconectados de nosotr@s mismos y no escuchamos lo que nuestro cuerpo necesita: comer, descansar, ir despacio, tener contacto con los demás, poner límites…
- Encaja las limitaciones personales. El ser humano tiene limitaciones físicas y cognitivas, comete errores, no llega a todo lo que se propone y, en definitiva, necesita ayuda para hacer muchas cosas. Las personas más autoexigentes tienen una pelea constante con esto. Una pelea que no pueden ganar, porque aceptarse a un@ mism@ es la única forma de vivir en paz. Si lo miramos desde otra perspectiva, gracias a nuestras limitaciones, hemos aprendido a formar grupos, desarrollar el aprendizaje cooperativo o ser solidarios.
- Admite tus contrastes (disfrútalos incluso). ¿Alguna vez has dicho que ibas a hacer una cosa y has hecho justo lo contrario? Es normal, los seres humanos estamos llenos de incongruencias. Estas incoherencias, pueden tener una parte negativa, pero, también, pueden ayudarnos a descubrir nuevos caminos y evolucionar. Las incongruencias forman nuestro sello, nos hacen originales, únic@s. Por tanto, busquemos la manera de aceptarlas (aunque algunas necesiten modificarse o matizarse).
- Valida las emociones. Después de aprender a identificar las emociones, hemos de buscar la manera de aceptarlas. No se trata de que nos guste sentir lo que sentimos, quizá no estemos ni siquiera de acuerdo con ello, pero ahí está y hemos de ver la manera de asumirlo. Las emociones nos dan información importante sobre nosotros y, la ausencia de las mismas, también. Negar una emoción hace que se enquiste, que dure más tiempo, y puede llevarnos a hacer cosas para no sentir. En los Trastornos de la Conducta Alimentaria es habitual comer para “tapar” lo se siente o no comer para “no sentir”.
- Frena al “debes ser”. Quizá tú dificultad para aceptarte esté en la necesidad de ser como los demás esperan que seas (necesidad de aprobación). O quizá resida en no valorar lo que tienes, porque te comparas con los demás. Intenta estar más pendiente de tu opinión sobre ti y trata de no dejarte influir por el entorno o, incluso, por lo que crees que el entorno te dicta ser.
- Vive las experiencias. El pilar fundamental de la terapia de aceptación y compromiso consiste en vivir las experiencias sin evitar o rechazar nada de lo que experimentamos o somos. Esto no significa necesariamente que nos guste o que tengamos que estar dando vueltas a esto todo el rato; sólo aceptar que está ahí, negarlo no va hacer que desaparezca.
- Aprende a soltar. Atrévete a prescindir de lo que no necesitas, de lo que no te viene bien o a alejarte de las relaciones tóxicas. Un excesivo apego no es reflejo de la aceptación de nuestro momento presente, detiene nuestro crecimiento, nos impide evolucionar y descubrir nuevas oportunidades.
- Perdónate. Como ya sabes, tod@s cometemos errores. Es necesario y responsable ser consciente cuando incurrimos en ellos y, si es posible, enmendarlos. Una vez dado ese paso, procura frenar tu diálogo interno lleno de autocrítica o pensamientos negativos; busca aprender de lo sucedido y perdónate.
- Céntrate en el presente. A veces, nuestro sufrimiento proviene de las “películas” que nos montamos sobre el futuro, de cosas que no sabemos si van a suceder y que quizá no ocurran. El futuro es incierto y eso a veces nos tortura, hemos de buscar la forma de aceptarlo y una buena manera es centrarnos en el presente. Construir un presente agradable es la mejor garantía de que el futuro también lo sea.
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