La autoayuda: el arte de acompañarte

La autoayuda: el arte de acompañarte

Autoayudarse es aprender a desarrollar la capacidad de responsabilizarnos de nuestra vida y de  nosotr@s mim@s a todos los niveles: físico, mental y emocional, en vez de suponer que han de ser otr@s quienes han de solucionar nuestras dificultades o malestar

 

La autoayuda es una cuestión de actitud ante la vida, de buscar la manera de seguir nuestro camino, adquiriendo seguridad y confianza para ello. Todo empieza por un@ mism@, conocer tus dificultades o problemas e intentar darles solución es una tarea personal. Esta introspección no excluye la guía y la ayuda externa de amigos o expertos porque, una vez sabes lo que te sucede, es más fácil pedir ayuda. Esto no significa que, a veces, no sepas qué te pasa y sea necesario recurrir a alguien que te guíe para  aclararte, pero tú ya sabes que algo no marcha, por eso todo empieza en un@ mism@.  

La autoayuda en la psicología 

Se podría definir como el apoyo que una persona se proporciona a sí misma, y que le sirve para hacer frente a un conflicto o para alcanzar el bienestar. La característica principal de este tipo de soporte, es que se realiza sin la revisión externa de profesionales mientras se da el proceso de recuperación.  

Cada persona puede encontrar su forma de ayudarse, no existe una manera concreta. Por ejemplo: alguien puede darse cuenta que le ayuda a relajarse y bajar su estrés pasear, a esta conclusión se llega por una mezcla del azar en un primer momento y después constatar por la experiencia.

Formas de autoayuda: 

Estas actividades o procedimientos pueden desarrollarse de forma individual aunque siempre es buena la guía y la compañía al recorrer el camino. 

  • Aprendizaje social o vicario. Es el que se desarrolla al examinar la conducta o acciones de los demás. Es decir, es la enseñanza que se adquiere a través del modelaje, aprendizaje a través de la observación de los otros.   

 

  • Relajación. El objetivo de esta práctica es distender y soltar el tono muscular. El desarrollo de esta actividad busca no solo eliminar la tensión del cuerpo, sino también producir un bienestar mental y emocional. Los beneficios de esta destreza son múltiples; elimina la tensión y dolores musculares, reduce el cansancio y disminuye el estrés y la ansiedad. 

 

  • Meditación y mindfulness. La meditación consiste en concentrar la atención en el interior y, a la vez,  evitar dejarse llevar por los pensamientos constantes de la mente o sensaciones corporales. El objetivo es generar  un cuerpo relajado y una mente serena. El mindfulness o atención plena, es una técnica que se basa en la observación del momento presente, con aceptación de los pensamientos, emociones o sensaciones, pero sin dejarse llevar por ellos. La finalidad de esta práctica es concentrarse en el interior personal cada instante y eliminar de nuestra mente los juicios sobre nuestros pensamientos, emociones y sensaciones.  

 

  • Práctica religiosa.  Seguir los preceptos religiosos de la fe que se profesa, puede ser un apoyo fundamental ante los sucesos de la vida y el malestar personal. 

 

  • Búsqueda espiritual. En esta investigación las personas pueden encontrar respuesta a sus preguntas acerca del significado de la existencia humana. El desarrollo de un camino trascendental puede proporcionar un sentido de la vida, serenidad y bienestar .

 

  • Libros de autoayuda. Este tipo de libros puede ser un apoyo o guía para desarrollar estrategias que favorezcan el crecimiento personal, pero no sustituye el tratamiento profesional cuando existe una alteración o trastorno. En la mayoría de ocasiones son un gran apoyo como biblioterapia durante la terapia psicológica. Como es lógico, leer, razonar o debatir lo tratado en este tipo de libros puede ser muy interesante, pero lo que nos va a ayudar a mejorar es practicar lo aprendido en nuestra vida. 

 

  • Grupos de autoayuda o ayuda mutua (GAM). Estos grupos generalmente se crean por personas que sufren el mismo problema y tienen como objetivo encontrar apoyo mientras dura la situación que les aflige. La coordinación o dirección de los mismos suele hacerla un miembro de mayor experiencia y a veces, puede participar también un profesional experto en el problema. Mi experiencia profesional en los grupos de ayuda mutua para familiares y afectados por Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) de la asociación (ADANER) , me ha permitido ver la gran ayuda que puede suponer para toda la familia, compartir esta experiencia durante el proceso de recuperación del trastorno. En los grupos se proporciona información sobre los TCA y guía para poder encontrar posibles ayudas profesionales, se proponen pautas para lograr cambios en la conducta y, sobre todo, se crea un clima de confianza para expresar sentimientos y sentir apoyo emocional en los momentos difíciles. Además, las actitudes de los diferentes miembros del grupo al afrontar los problemas, se pueden convertir en un modelo a seguir en situaciones similares.
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